Las declaraciones de los políticos rebajando el mérito de la tarea docente están convirtiéndose en habituales. En opinión de ANPE, que los máximos responsables del buen funcionamiento de la sociedad española se dediquen a disminuir el prestigio de los profesores es un grave indicador de deterioro político. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se acaba de mostrar partidario de revisar el proceso de jubilación en función del sector, ya que, en su opinión, "no es lo mismo trabajar en el andamio que ser profesor". Desde ANPE, como representantes del profesorado, ratificamos que, en efecto, no es lo mismo. Ambas profesiones producen un desgaste físico considerable, pero desde ANPE, nos gustaría invitar al señor ministro a desarrollar durante una semana el trabajo de una maestra de educación infantil o de una profesora de segundo de ESO para comprobar por sí mismo el desgaste físico y psíquico y la enorme responsabilidad que conlleva la labor docente. La reforma de las pensiones es un tema muy grave en el que debe evitarse la demagogia. La educación no puede pagar la mala gestión política de la crisis económica. Los maestros y profesores españoles, seriamente dañados en su reconocimiento social desde hace años por las políticas educativas y pacientes sufridores de congelación salarial cuando corrían tiempos de bonanza para la economía española, merecemos, como cualquier trabajador o profesional, el máximo respeto. Merecemos una jubilación voluntaria anticipada que sirva para rejuvenecer las plantillas docentes y para asegurar los derechos de un colectivo que dedica siempre treinta años o más de servicios al Estado y de cotización al sistema de pensiones. ANPE está dispuesto a convocar movilizaciones para defender los derechos del colectivo docente.