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El incidente ha ocurrido en el Instituto Joan Fuster de Barcelona, en el que ha resultado muerto un profesor y cuatro personas han sido heridas tras irrumpir un alumno de segundo de ESO, armado con una ballesta.
Se trata de un caso que ha sucedido por primera vez y de forma aislada en España, que no debe servir para que salten las alarmas, aunque sí nos tiene que servir para reflexionar y continuar trabajando con más determinación en la prevención y detección de la violencia en los centros escolares.
ANPE desde su servicio del Defensor del Profesor, que cada año presenta un estudio sobre convivencia escolar, señala en el último informe que las agresiones y amenazas de alumnos hacia los profesores representan el 7% de los casos analizados, aunque lógicamente no se trata solo de agresiones físicas con resultado de lesiones, sino de insultos, coacciones y otras actuaciones que atentan contra la convivencia.
Desde la creación del Defensor del Profesor, ANPE viene poniendo a disposición del profesorado este servicio para ayudar en la resolución de conflictos y establecer cada año medidas que contribuyan a mejorar la convivencia en los centros.
En este sentido ANPE exige:
Lamentablemente la violencia existente en la sociedad se traslada en muchas ocasiones a los centros educativos y la escuela debe actuar como un laboratorio de ideas que establezca medidas preventivas y de resolución de conflictos para que ayude a cambiar las conductas violentas, pero el profesorado necesita el apoyo y la implicación de la Administración y del resto de la Comunidad Educativa y de la sociedad en general para mejorar la convivencia en los centros y que los procesos de enseñanza aprendizaje se desarrollen en óptimas condiciones.
Desde la reflexión serena ANPE condena este hecho luctuoso y seguiremos trabajando para erradicar cualquier conducta violenta que se produzca en el aula que es trabajar, en definitiva, por la prevención y erradicación de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones en la sociedad.